
Este blog nació con la finalidad de narrar una experiencia cinematográfica desde la gran metrópolis de Tokyo. Hoy voy a contar una historia de miedo. De terror, porque los índice de suicidios en Japón asustan. Aproximadamente un 24,1 de cada 100 mil habitantes comete "jisatsu", la tasa más alta del mundo industrializado. Y existe un lugar de terror para ello, un bosque en la ladera de del Monte Fuji -emblema nacional-, en donde miles de personas llevan acudiendo desde hace décadas a quitarse la vida. Su nombre es Jukai: 樹海

El Jukai es un frondoso parque nacional del que -se dice- si uno se adentra en su interior no será capaz de regresar. Su amplia extensión, el entramado de árboles y suelos traicioneros (llegan a formarse mantos inestables de ramas y hojas que funcionan a modo de arenas movedizas) hacen de éste un lugar peligroso para el viajero ocasional desprovisto de la equipación necesaria para sobrevivir a la experiencia. Las brújulas son practicamente inoperantes en su interior y los caminos se confunden, por lo que hay una alta probabilidad de sucumbir al pánico y perderse para siempre. Cuerdas, linternas y baterías de recambio, teléfonos móviles, bebida y comida, y cualquier utensilio que pueda facilitar la identificación de una ruta son esenciales. Por este motivo, el Jukai es uno de los lugares elegidos por aquellos que desean quitarse la vida. Una muerte segura.


Entre la espesura del Jukai nos podemos encontrar con restos de ropa y objetos personales -mochilas y reproductores de CD, móviles rotos- así como sogas de todo tipo (cuerdas, bolsas de vinilo, cinturones de kimonos...) y montones de tabletas de pastillas vacías rodeadas de botellas de alcohol, una combinacion letal.


Pero también existe un momento para la esperanza, aquel en el que la reflexión lleva a vida, cuando algunos de los que se adentrar en el Jukai con la intención de morir, regresan a sus casas. En unos buzones blancos colocados para el caso, pueden depositar su testimonio a fin de que sirva a otros como motivo de consideración.

Por todas estas razones, al Jukai se le conoce como bosque fantasma, y su visita está desaconsejada. Los secretos y las vidas de aquellos que han muerto y que guarda en su interior deben descansar, al menos, en paz.


En este blog abogamos siempre por la vida. Vivir, y a ser posible, rodando.
3 comentarios:
Hostia, me ha fascinado la historia.
Aquí hay cine, ¿eh? ¿Llegaste a ir?
Un abrazote.
hola dani!. impresionante ese bosque... Espero que estés bien por ahí, ya me contarás cómo va toda la preproducción. Yo en breve espero enviarte una copia de la movie, ya te contaré. un abrazo
Hola Dani y Randal! En respuesta al primero, no, aún no he ido, y me sugieren que no lo haga, así que -de momento- aparcaré mi espíritu aventurero para otro rato. Yo también creo que da para hacer un film, aunque un documental en toda regla daría más miedo. Lo de los suicidios está levantando ampollas ultimamente, y hoy por la noche en la tv hay un programa especial debate con la presencia del maestro Kitano.
Randal, que tal te va todo? Por Tokyo las cosas marchan bien, te comento mas detalladamente en un mail. Espero anxioso esa movie, finalmente su visionado es "posible". Abrazos.
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